Históricamente en la contratación de personal de trabajo doméstico existen variedad de mitos que desmentiremos en este artículo:
1. "Es mejor pagarle en efectivo a los trabajadores del hogar" ¡MITO! Los pagos en efectivo ya NO son el método más seguro
- Los trabajadores no tendrán el registro de tus pagos y tu no tendrás el soporte de estos.
- Tendrás que estar muy pendiente de las fechas para no atrasarte en el pago.
- Los trabajadores están expuestos a perder, extraviar o ser victimas de hurtos de su salario.
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2. "Si le pago más salario a la trabajadora, no debo pagar cesantías" ¡MITO! Es completamente falso, pues pagar un salario mayor no te exime de cumplir con el pago de las prestaciones legales, si realizas esta práctica estas expuesto a demandas.
3. "Tengo un acuerdo verbal y así es mejor" ¡MITO! El contrato laboral es la única alternativa para garantizar claridad y cumplimiento de las condiciones laborales. Además, hasta no tenerlo firmado no entrará en vigencia el periodo de prueba.
4. "Contratar legalmente sale muy caro" ¡MITO! Aunque afiliar a una empleada doméstica implica un costo mensual, es una inversión que protege tu patrimonio. Evitas riesgos legales como demandas, indemnizaciones multimillonarias o sanciones del Ministerio de Trabajo, las cuales pueden ser mucho más costosas que los pagos mensuales de seguridad social.
La afiliación a la seguridad social asegura que la empleada doméstica reciba atención médica en caso de accidentes o enfermedades, evitando que tú como empleador debas asumir estos costos de tu propio bolsillo.